Como cada época es distinta, no sé quién será mejor, si Hungría 54, si Alemania años 60, si Brasil 70 o si la España actual. Sólo sé que desde la perspectiva de un niño de 8 años, el Jaimito del 82, la Brasil del Mundial de España es irrepetible e imperecedera. Hoy Marca, con buen criterio recuerda a aquel equipo de Tele Santana apeado del Mundial de España 82 por un gol del italiano Paolo Rossi en el minuto 89, en lo que en Brasil se conoce como ‘La Tragedia de Sarriá’. Se cumplen 30 años de aquello…Lo recuerdo como un drama. Brasil, la favorita de todos, la que había deslumbrado con una amalgama de arabescos, fintas, taconazos y multitud de detalles elegantes ante la mejor Escocia de siempre, frente a la URSS de Rinat Dasaev -¡ qué gol de Eder!-, ante Nueva Zelanda y la Argentina del incipiente Maradona y el campeón Kempes, fue acribillada por la espalda, víctima quizá de su arrogancia, de su lamentable portero -Peres es el peor que he visto en una selección de nivel-, de las patadas alevosas de Gentile, y el descomunal acierto de Paolo Rossi sin contestación por parte del discreto acompañante de Eder en la delantera brasileña; Serginho.
Ese partido, en pleno verano, me pilló en la ya desaparecida piscina Delfe. Lloramos todos. Es el mayor drama deportivo para mí junto a la muerte de Pantani y la rotura de clavícula de Perico en el Tour de 1984. Pensábamos que aquel irrepetible centro del campo -Falcao, Doctor Sócrates, Toninho Cerezo, Zico- era sencillamente invencible. Esa percepción se derrumbó a golpe de gol de Rossi, en un partido en el que, creo recordar, Brasil siempre fue a remolque, pese a los golazos de Sócrates y Eder. Un mazazo en el mejor Mundial de siempre, con partidazos a diario, con aquel Francia – Alemania que acabó en 3-3…Tras Naranjito, sólo los goles de Maradona e Iniesta en medio del desertización producto del negocio….