Indudablemente, si se es español, el gran atractivo de los Juegos de Londres es ver baloncesto y soñar con echar mano a los Estados Unidos de los tres tenores, Kobe Bryant, Kevin Durant y Lebron James, y ver si deportes como el fútbol, balonmano y triatlón con Javier Gómez Noya, más las pruebas de remo, pueden meternos entre los 20 primeros del me…dallero («soy español, ¿a qué quieres que te gane, pero que suela venir en la prensa, a poder ser?»).
Si se es un espectador imparcial que se fuma un Montecristo mientras espera ver algo excepcional, a priori sólo se tienen dos soluciones: el duelo Usain Bolt – Yohan Blake (el alumno aventajado que batió por 11 centésimas al plusmarquista mundial en los trials jamaicanos, marcando la cuarta mejor marca de la Historia, con 9,75), con quizá Asafa Powell como invitado; y dos: ver qué hace Michael Phelps en el Aquatics Centre de Londres.
Pongámonos en situación. Phelps, único hombre capaz de ganar 8 medallas de oro en unos mismos Juegos, superando las siete de Mike Spitz en Munich, lucha por convertirse en el deportista con más preseas olímpica de la Historia. Suma 16 (14 de oro ydos de bronce) y está a sólo dos de la gimnasta ucraniana Larisa Latynina (18; 9 de oro, 5 de plata y 4 de bronce). Lo tiene a tiro, pues su programa de Londres incluye siete pruebas: 400 estilos (28 de julio); 4×100 libre (29); 200 mariposa (31); 4×200 libre (31); 200 estilos (6 de agosto); 100 mariposa (7 de agosto); y 4×100 estilos (8 de agosto). Se trata de otro reto mayúsculo, prque ya tiene 27 años, el umbral de la cuesta abajo de un nadador, y se enfrenta a un rival gigante, el neoyorquino Ryan Lochte, quintuple campeón mundial en Shangai 2011 y autor del primer récord del mundo en piscina larga que se batió trasla prohibición de los bañadores de poliuretano, el de los 200 estilos. Además, Lochte apabulló a todos con una exhibición casi extraterrestre en los 400 estilos. Pues bien, Michael Phelps, no ha eludido el gran duelo: se citará con su compatriota en las dos distancias, aunque esta vez evitará la espalda, donde dominan Lochte y Aaron Peirsol, y el 200 libres, donde decidió no participar y dar al traste así con lo que iba a ser el gran duelo de todos los tiempos, con el plusmarquista mundial, el alemán Paul Bierdermann, también en favorito.
Sin embargo, no parece que el de Baltimore vaya a tener problema en la mariposa, su gran especialidad, desde que con 16 años batiera su primer récord del mundo en ese estilo.
Hemos hablado de la edad de Phelps y de su gran rival, por tanto, queda responder a la gran incógnita: ¿Veremos al Phelps estelar de Pekín?. Su entrenador, Bob Bowman, dice hoy en otra excepcional entrevista de Diego Torres en ‘El País’ que no: «El nivel de Phelps ya no es de 10, pero sí de 8 ó 9», se titula.
Hay que recordar que tras la hazaña china, Phelps dejó de entrenarse bien de 2009 a 2011, incluso recuerdo que se le cogió fumando un porrito. Bowman señala, no obstante, que en los últimos 16 meses «ha sido muy consistente y ha entrenado normalmente».
Lo más llamativo de la entrevista es cómo Bowman, que lleva 17 años entrenando al campeón y también sido preparador de caballos pura sangre, explica la evolución de Phelps: «Ahora puede nadar de varias maneras. Cuando era más joven, su ritmo era siempre el mismo. Ahora puede cambiarlo en función de las circunstancias». Salida lenta, final explosivo; o viceversa. «Ahora puede hacerlo de las dos formas: ir controlando o ser más agresivo».
También llama la atención cómo Bowman descubre a Diego Torres cómo es la recuperación entre prueba y prueba, en un programa tan apretado como el que va a afrontar Phelps:
«Se ha entrenado para gestionar el cansancio, pero con 27 años el organismo no proporciona la frescura que con 24 (…) Si nadas dos carreras en una misma tarde, lo primero, al salir del agua, es tomar una bebida con proteínas, carbohidrato. Luego te sacan sangre para leer los niveles exactos después de la prueba. Finalmente, te metes en la piscina de calentamiento para hacer natación de recuperación hasta que el lactato haya bajado del umbral de lectura. Después comes algo más sustancial, como barritas energéticas o una pieza de fruta. Entonces estás preparado. Una vez acabada la sesión, se toman baños de hielo y, después, un masaje».
Lo mismo hará Ryan Lochte, un año mayor que Phelps, pero en un extraordinario estado de forma. Es el duelo de dos genios que, por suerte, coinciden en la misma época y piscina. Como Magic y Jordan, como Karpov y Kasparov…Apasionante.
Si Phelps sale triunfador nadie podrá discutir su coronación total: la de ser el mejor deportista de todos los tiempos.
JAIME FRESNO.
Previo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012