Antes de que abriera Topete, algunos fines de semana escapábamos a Segovia, a fiestas de pueblo con discoteca municipal y cartel de Fanta en la puerta, con DYC de a 150 pesetas, whisky llenando los tubos a tres cuartos, y regresos al campamento base tras unas horas de siesta. De una de esas excursiones, a […]