De lo más fresco que tengo en la mente. Un compañero de Radio Villalba, copresentador de Informativos, el hoy cámara freelance -espero que así siga-, César Rodríguez, y un sencillo en vinilo: «Alive». César me lo enseña como quien muestra un collar de esmeraldas: «-Ponte esto, Jaime. No he escuchado nada igual. Es un grupo de Seattle, pero esto parece que lo han hecho los marcianos. Es perfecto». Por supuesto, lo cojo y lo hago sonar en la radio: «Alive», primer single de «Ten», y todo eso. Entonces no me entra, la canción no me enciende. Concluyes que es un temazo tiempo después, tras muchas escuchas, en momentos diferentes del día y en varios estados de ánimo. Pegaba más duro entonces el «Smells like teen spirit» de Nirvana, el boom del «Nevermind», coetáneo en edición en el verano de 1991.
Aún así, Pearl Jam entra casi de inicio en el Topete, porque a los claves de la tropa les encanta. Algún colega sostiene todavía que técnicamente, entended bien, ‘técnicamente’, son los mejores de siempre junto a The Cure, The Cult y Led Zeppelin. Pero eso sería otro debate.
Refrescando la memoria y yendo más allá de lo que pude leer en las cartas promocionales de Sony-Epic, que llegaron a la radio con el «Ten» y el single «Alive», he leído cosas curiosas sobre los inicios de la banda en la ‘Historia del Rock de El País’ de mi hermano. Desde luego, sería entrar en un jardín de consideración contar los inicios del grupo, que se remontan a 1983, cuando el guitarra Stone Gossard, el bajo Jeff Ament, el cantante Mark Arm, el guitarra Steve Turner y el baterista Alex Vincent, formaban Green River, o entrar a contar cómo Arm y Turner crean luego Mudhoney y el cantante que seleccionan, Andrew Wood, muere de sobredosis justo cuando firman un gran contrato con Polygram, ya con el nombre de Mother Love Bone; o hablar de cómo en esos inicios son decisivos los Alice in Chains como padrinos, a los que telonean, o gente como Chris Cornell (cantante de Soungarden), o Jack Irons (Red Hot Chilli Peppers). Permitidme sólo que cuente lo de este último.
Cuando muere Wood, la última formación se deshace y el dúo Ament/Gossard necesita reclutar gente. Cogen a Mike McCready, guitarrista de Shadow, y retoman los ensayos. Chris Cornell sigue ahí, compone varios temas en homenaje al ex fallecido, y ese trabajo se reúne en el proyecto ‘Temple of the Dog’. Ya interviene a modo de colaboración el batería de Soundgarden, Matt Cameron, pero el núcleo siguen siendo Ament/Gossard/ McCready, y, por tanto, se sigue necesitando batería y cantante. Los tres graban una maqueta para que corra por Seattle y sirva de muestra a los futuribles. Se llamó ‘The Gossman Project’. Y ahí entra el Red Hot, Jack Irons. Les pide una demo y ellos le dan, nada menos que ‘Once’, ‘Footsteps’, ‘Alive’, ‘Black’ y ‘Alone’ en instrumental. Y entonces sucede. Irons se la pasa a un amiguete que es compañero de baloncesto y surfista en San Diego: el cantante Eddie Vedder, entonces guardia, no sé si privado o policía a secas, ya me lo buscaréis, y antiguo técnico en conciertos de Red Hot Chilli Peppers.
Se contó entonces que Vedder echó una noche escuchando las cinco canciones y que, al día siguiente, haciendo surf, le vinieron las letras a la cabeza. Al ir a casa aprovechó la inspiración a toda prisa y grabó las voces de tres, «Alive» entre ellas. Y con ella, la obra extraterrestre que decía mi antiguo compañero César. El disco «Ten», llamado así en homenaje al jugador de la NBA, Mookie Blaylock, base con el número 10 de New Jersey Nets y Atlanta Hawks, es hoy una de las joyas del rock de siempre. O del grunge, para los puristas, el sonido garaje de la lluviosa y triste Seattle.
JAIME FRESNO 9 de enero de 2013
Pegaron mucho y a mi me parece que fueron mejor que Nirvana, pero a estos ultimos se les convirtió en mito a raiz de la muerte de Kurt Cobain.
Jeremy recuerdo que fue puesta hasta el hartazgo en la MTV de aquellos años que nada tiene que ver con la basura de hoy en dia.