SIR ALFRED HITHCOCK Y «VÉRTIGO» LLEGAN A LA CUMBRE

Estos días ando repasando por segunda vez «El cine según Hitchcok», un libro de lectura obligatoria en cualquier academia de cineastas del mundo, que no es sino una entrevista que dura 50 horas y utiliza 500 preguntas para diseccionar todas y cada una de las 54 películas del genio inglés. Quien se las hace, el gran François Truffaut, provocó con ello una revolución en la crítica mundial, pues hasta ese momento, Hitchcock era considerado como un cineasta menor y ese libro ayudó a encaramarle a la cumbre, reivindicándolo como el depositario del talento para hablar con la imagen de maestros del cine mudo como Griffith y Murnau, y elevándolo a la divinidad cineatográfica de siempre junto a John Ford y Howard Hawks.

En ese libro, Hitchcock cuenta cómo «Vértigo» (1958), basada en la novela «D’entre les morts» de los autores franceses Pierre Boileau y Thomas Narcejac, fue un sonoro fracaso en taquilla, pese a ganar la Concha de Plata al mejor director en San Sebastián, donde fue estrenada con gran expectación. Una película incomprendida en la época, fundamentalmente por ese trágico final, pero que hoy, según la revista «Sight and Sound» del Festival de Cine Británico (BFI), ha sido nombrada como la mejor película de todos los tiempos, desbancando de su reinado, diez años después, a «Ciudadano Kane», de Orson Welles. Esta publicación realiza cada década un top 50 basado en la opinión de 846 expertos, entre distribuidores, críticos, académicos y escritores, a los que se les pidió que valoraran los trabajos en función de su relevancia en la historia cinematográfica, sus hallazgos estéticos o el impacto que tuvo cada filme a nivel personal en base a su propia visión del cine.

Por supuesto, es evidente que en esto entran gustos y cada uno de nosotros tenemos nuestra película favorita, pero en mi caso no he podido encontrar nada más impactante en el cine desde que vi por vez primera «Vértigo» en la tele, hará unos 25 años, previa introducción, muy disuasoria, de Javier Gurruchaga -era un programa en TVE en el que alguien famoso presentaba su película favorita y explicaba por qué lo era y cómo le había marcado-. Cuando leí la noticia me invadió esa rara autocomplacencia de cuando una opinión propia coincide con una superior y más autorizada, con más elementos de juicio. Quedé encantado.

A título personal la habré visto unas 15 veces y la pasada primavera, por fin, pude hacerme con la novela y leer la base de la historia. La impresión fue que la aseada y entretenida novela policíaca de Boileau-Narcejac es claramente superada por el film, donde Hichtcock lleva la historia a otra dimensión, gracias también a colaboradores como el compositor norteamericano Bernard Herrmann, autor de una banda sonora tan inolvidable o más como las que hizo para «Psicosis» o «Taxi Driver», el director de fotografía Robert Burks, o Saul Bass, autor de los inquietantes rótulos y dibujos en espiral que al inicio causan una atmósfera tan inquietante que ya es imposible levantarse del asiento.

«Vértigo» no es sólo un suspense hichtcockiano. Aborda la muerte, la parálisis psicológica, el amor obsesivo, la sexualidad filmada con sugerencias subliminales que sortean los rigores del Código Hays…; el amor exacerbado, las escenas dominadas por los colores rojo y verde de la fotografía de Burks, la ambientación en la romántica San Francisco, los exteriores del cementerio y el museo, el sinfín de trucos de cámara que tanto influyeron en gente como Spielberg, Peter Jackson, Amenábar… (especialmente desafortunado estuvo el director español de origen chileno cuando calificó la pelicula de «fallida» justo después de copiar el travelling de 360 grados del beso de los protagonistas en su película «Abre los ojos»)…Y finalmente, las memorables interpretaciones de James Stewart y Kim Novak, probablemente las mejores de sus respectivas carreras, aunque luego éstas siguiesen caminos separados al de Hitchcock. Para la historia del cine queda la persecución en coche de Scottie (James Stewart) a Madeleine (Kim Novak), una secuencia muda de más de cinco minutos en la que el actor transmite con gestos al volante todo lo necesario para comprender cómo crece su interés por la misteriosa esposa de su amigo Gavin Elster…

Si no la habéis visto, os la recomiendo. Hay que verla de noche, y si hay tormenta mejor. Aunque quizá no proceda establecer competiciones ni comparaciones, y sí seguir adorando vuestras películas fetiche, pensad que vuestra lista de favoritas puede tener nuevas inquilinas. Y una puede ser ésta, la que va a ocupar como mínimo los próximos 10 años la cima del cine….

Os dejo la ficha técnica:

TÍTULO ORIGINAL: Vértigo
AÑO 1958 DURACIÓN. 120 min.
PAÍS. Estados Unidos
DIRECTOR.Alfred Hitchcock
GUIÓN: Alec Coppel & Samuel Taylor
MÚSICA: Bernard Herrmann
FOTOGRAFÍA: Robert Burks
REPARTO: James Stewart, Kim Novak, Henry Jones, Barbara Bel Geddes, Tom Helmore, Raymond Bailey, Ellen Corby, Lee Patrick
PRODUCTORA: Paramount Pictures
PREMIOS 1958: 2 nominaciones al Oscar: Mejor dirección artística, y sonido
1958: Festival de San Sebastián: Mejor director (ex-aequo) y actor (Stewart) (ex-aequo)
GÉNERO Intriga | Drama psicológico. Thriller psicológico. Película de culto
SINOPSIS: Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado.

CRÍTICAS ————————–————–
Obra maestra del genial Hitchcock, y quizá su película más aclamada por la crítica, pues siempre aparece en las listas de los críticos sobre las mejores películas de la historia del cine. (FILMAFFINITY)
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«Una de las obras más bellas, densas y perfectas de la historia del cine.» (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
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«Desde los mismo títulos de crédito, Hitchcock atrapa al espectador en unas apasionantes imágenes (…) el maestro crea un universo atormentado y malsano que ahonda en una relación de turbio ‘amour fou’. (…) magnífico ejercicio de suspense.» (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)

JAIME FRESNO. Verano de 2012, actualizada a mayo de 2013

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